La zona del actual reino de Bélgica es un lugar turístico desde el siglo XVIII. Los antiguos balnearios de esa época recibían una clientela distinguida que incluía a la aristocracia europea, así como comerciantes acaudalados y altos funcionarios. El segundo casino europeo funcionó en Spa, ciudad del este belga. Hasta el primer concurso de belleza del mundo se celebró en esta ciudad en el año 1888. La ciudad de Brujas recibió la visita de cientos de turistas europeos durante el siglo XIX, quienes buscaban recorrer los barrios históricos de esta exuberante ciudad. Es evidente, entonces, que Bélgica tiene una larga tradición turística, lo que le ha permitido hacer de esta actividad una cultura de servicio y atención.
Lugares mas visitados de Bélgica
Mapa turístico Bélgica
El mayor atractivo turístico de Bélgica es su amplia diversidad cultural que se expresa de manera magistral en su lema “la unión hace la fuerza”. De hecho, en Bélgica confluyen tres corrientes culturales distintas más o menos divididas en tres regiones y en cada una se habla un idioma distinto: el holandés que se habla en Flandes, que es el principal y el que utiliza la mayoría de las personas; el francés en la región valona y, en menor medida, el alemán. En Flandes vive el 57,8 % de la población belga y están las ciudades más famosas de este país: Amberes, Gante y Brujas. Valonia tiene una población mucho menos densa y las ciudades más importantes son Charleroi, Lieja, Namur y Mons. Por último, Bruselas – capital reúne a 1,8 millones de habitantes, lo que la convierte en la mayor aglomeración del país entre los que se cuentan un gran número de habitantes de origen no europeo. Los 30.528 km² de territorio belga se encuentran al norte de centro del continente europeo, rodeado Francia, Alemania, Luxemburgo y Holanda. Además, una sección de su frontera limita con el mar del Norte. Tribus celtas, galas y germanas poblaron esta hermosa zona. De esos pueblos provienen los primeros belgas. Estos últimos fueron dominados por los romanos, quienes se asombraron ante el arrojo y la valentía de los belgas. Todas estas culturas dejaron huellas inestimables de su paso por el lugar
Algo que enamora de Bélgica son sus verdes y luminosos paisajes. Una quinta parte del territorio está cubierto de densos bosques. También hay zonas agrícolas e industriales y, por supuesto, extensas costas que bordean el mar del Norte por unos 72,3 kilómetros. Precisamente, esta zona de playas corresponde a las tierras bajas de la región. Por el contrario, el paisaje es más abrupto hacia el sur, donde hay mesetas y colinas boscosas, llenas de abetos y pinos, en la región de Ardenas. En esas zonas hay ríos que han incidido de manera profunda en el territorio. Además, la densidad de los árboles le da una apariencia parecida a la de la Selva Negra, oscura por la gran cantidad de árboles.
El clima de Bélgica se clasifica como marítimo templado. Esto permite que las temperaturas estacionales no sean extremas, es decir, en el verano hay un promedio de 17º C y en invierno apenas desciende a 3º C. Por supuesto, hay diferencias regionales, hacia la costa las temperaturas son más benévolas que en la zona montañosa. Es importante tomar en cuenta estos datos ya que contribuyen a escoger la mejor época para viajar, tomar las previsiones necesarias y así mejorar la experiencia. Otro detalle interesante es que en Bélgica llueve con regularidad durante todo el año por lo que es importante llevar ropa adecuada para las constantes precipitaciones. Por este motivo, la mejor época para viajar al país belga son los meses correspondientes a la primavera y al verano.
Bruselas
Bruselas es la capital y el centro político de Bélgica. Una de sus características es su multiculturalidad, ya que en ella viven casi dos millones de personas y muchas de ellas provienen de países de todo el globo terráqueo. Desde que Bruselas no era más que un pantano en la Edad Media, ha ido evolucionando y creciendo, tanto en población como en extensión, convirtiéndose en lo que es hoy: una ciudad en la que se unan el pasado y el presente, llena de monumentos históricos, museos impresionantes y arquitectura más actual. Además, hay comercios, restaurantes, bares interesantes de visitar.
Amberes
Esta antigua ciudad es una de las joyas de la corona de Flandes. Y lo es, no solo por su belleza, sino también porque es conocida como la ciudad del diamante. Allí se intercambian millones de dólares en diamantes cada año, tanto en tallados como en comercialización y de Amberes parten estas piedras preciosas a todo el mundo. Son recomendables visitar en Amberes la casa del artista dilecto de la ciudad: el renacentista Peter Paul Rubens además de los museos donde exhiben sus hermosas obras. Además, Amberes posee un antiguo puerto, testigo de las glorias pasadas, cuando la ciudad era un centro comercial internacional de Europa.
Gantes
La Edad Media vio florecer a Gantes y en toda la ciudad se observan las huellas de este periodo histórico. Por ejemplo, el castillo de los Condes de Flandes o Gravensteen es una fortaleza que representa el poderío político y militar de la ciudad. Igualmente los puentes Sint Michielsbrug, Graslei y Korenlei. De la Edad Media también proviene el El Korenmarkt o mercado del grano, que recibe su nombre del gran comercio de cereales que se desarrolló en la ciudad. También la catedral de San Bavón, la Torre del Campanario y la hermosa Iglesia de San Nicolás. A pesar de su aire medieval, el espíritu de Gantes es alegre, joven y moderno.
Brujas
Brujas es parada obligada en un viaje romántico por Europa. No solo por su ambiente medieval, también porque posee un lago artificial de unos 800 años hecho con fines más utilitarios pero que hoy se conoce como Minnewater o Lago del Amor. Pero Brujas también es una plaza comercial que se precia de ser la cuna de las bolsas de valores del mundo, tal como lo atestiguan las antiguas casas comerciales que se encuentran en La City de Brujas. Por otra parte, uno de los museos más antiguos de Bélgica se encuentra en Brujas: el Groeningemuseum con verdaderas joyas del arte flamenco.