En este templo se unen sublimes elementos que representan tanto el arte gótico como el renacentista. Entre sus arquitectos resaltan varios de los grandes nombres de esta disciplina, dentro de los que destacan: Solari, quien inició su construcción, y Bramante, que vino a otorgar su toque renacentista. En su interior se resguarda una de las obras más icónicas de la fe cristiana; la ciudad más elegante de Italia, tiene la dicha de poseer este patrimonio mundial por la UNESCO; nada más y nada menos que el mural de “La última cena”. Este detallazo es el motor principal de la afluencia de turistas, el simple hecho de apreciar esta pintura realizada por Leonardo Da Vinci . Debéis reservar con mucha antelación, para que no se pierda de admirar esa maravilla reconocida en todo el planeta, mientras escucha el relato de su elaboración. /-Santa Maria delle Grazie-/