Una parada obligada en Almería es la impactante visita a los refugios antiaéreos de hormigón que se construyeron durante la Guerra Civil. A tan solo nueve metros de profundidad entre la protección y el infierno de las explosiones, este complejo de búnkeres y pasillos subterráneos albergaron a las tres cuartas partes de la población de Almeria. Fue diseñado por el arquitecto Guillermo Langle. Las visitas son con guías a modo de grupo, y es necesario pedir cita previa. De los cuatro kilómetros y medio de longitud se puede visitar casi un kilómetro. Está considerado entre los refugios antiaéreos más grandes de Europa abiertos al público. Se puede acceder a áreas como un almacén de despensa, o un quirófano con todo el equipo instrumental de la época, en el que se realizaban operaciones, partos y amputaciones. Actualmente se intentan rehabilitar e incorporar al recorrido más espacios originales. /-Refugio Antiaéreo-/