Es una de las principales atracciones de turistas en la ciudad. Empezó en el siglo XVIII con una única dársena que desempeñaba labores comerciales, vinculadas a la industria y al carbón. A mediados del siglo XX dado al incremento de la actividad portuaria se empiezan hacer ampliaciones de infraestructura y servicios según las necesidades de los clientes en el puerto, creándose nuevas plazas de amarre llegando casi a las ochocientas. El punto fuerte es su ubicación, en pleno casco central, lo hace muy atractivo para los turistas que lo visitan. Es excelente sitio para disfrutar de la vista que ofrecen los numerosos botes que allí se encuentran, de la brisa marina e ir de sidras, buenos restaurantes y bares. Justo al lado se encuentra el Talasoponiente, un spa balneario con instalaciones deportivas y terapéuticas. /-Puerto Deportivo de Gijón-/