En el río Guadiana se erige esta maravilla de la ingeniera romana. Allí vibra después de 2.000 años, y hoy sigue aguantando con su casi un kilómetro de largo. Teniendo en cuenta que el río es tremendamente ancho, podéis aprovecharlo como corredor, cruzándolo a pie o en bici. Mérida tenía confluencia con diversos e importantes caminos. Este puente conectaba con las ciudades de Córdoba y Toletum, y facilitaba el paso de caravanas provenientes de Olispo e Híspalis. Ver con su longevidad veinte siglos es todo un viaje en el tiempo. Bajo el primer arco todavía existe un falo en relieve, algo muy común en la huella arquitectónica romana, hoy en día luciría impensable. Puede significar dos cosas, para atraer suerte cuando se batallaba contra el enemigos, y como símbolo para venerar la fertilidad. /-Puente Romano-/