Una costanera llena de edificios, siete kilómetros de arenas, sombrillas, quioscos, flotadores, cientos de vendedores de alimentos. Todo es el inicio de las arenas doradas que dividen al Atlántico, el agua tibia y sus corales, del continente poblado de Recife. Los fines de semana se llenan desde muy temprano y se vacía tipo 3 de la tarde. Posee senderos para correr y ciclo vías. Hay que tener mucho cuidado al bañarse porque, eventualmente, hay ataques de tiburones. Con infinitas opciones de hospedaje, mucho deporte y muchas especies de kioscos a cada 2 cuadras que ofrecen cerveza, agua de coco y tragos variados. /-Playa de Boa Viagem-/