Resulta difícil abarcar tanto de la capital de Mallorca, que solo nos concentraremos en lo más icónico y de obligatorio recorrido. Por supuesto que el singular casco antiguo donde la historia de Palma se relata a través de sus calles, museos, iglesias y plazas con un espectacular estilo medieval. La Lonja como lugar para mochileros y curiosos es más abierto que el discreto y bohemio barrio de Santa Catalina. Además que un montón de comercios de fina mercancía, restaurantes de alta gastronomía hacen juego en sus bulevares. Además sus centros de fiesta nocturna y playas urbanas siempre estan repletas de visitantes en temporadas altas. El esfuerzo por mencionar lo más relevante supone una mención especial a su puerto con una infinidad de actividades acuáticas y culturales que con la belleza y el mar ha sido un éxito para que miles de barcos atranquen en sus muelles con aventureros del mediterráneo.