La morada del Gran Maestre, figura de mayor jerarquía, vio la necesidad de levantar en lo más alto de la ciudad esta fortaleza defensiva. Desde entonces sería la morada de la Orden de San Juan en pleno apogeo de la edad media. Nada más basta con ver sus muros, torres elaboradas con finos acabados para imaginar la templanza de este bastión. Participó en innumerables guerras y soportó asedios. Incluso una explosión causada por el mal manejo de la pólvora comprometió parte de su estructura. Al parecer al Gran maestre le gustaban las cosas bien hechas y es por eso que hoy día puedes recorrer, una vez atravesados los dos grandes torreones amplias estancias, salas de armas, cocinas y depósitos. En la actualidad es un importante castillo hoy relevante por su valor histórico y las actividades culturales que allí se llevan a cabo.