La idea de materializar este museo se hace realidad en 2.001, con la recuperación de un espléndido edificio del siglo XVIII, el Palacio de Lumiares. Disponer en esta colección artística unas condiciones de conservación adecuadas a su naturaleza, fue primordial en un proyecto encargado al equipo de arquitectos de la diputación. El orden cronológico que maneja el museo, permite al visitante seguir el progreso de las artes plásticas alicantinas desde el siglo XVI al XX. Se toma en cuenta a lo largo de esta exposición el acontecer político, cultural, social y los hábitos religiosos alicantinos. Entre las muestras se destaca un valiosísimo cuadro La Crucifixión obra de Rodrigo Dio Zona. De Nicolás Borrás podemos contemplar dos pinturas al temple sobre tabla, de San Vicente Mártir y San Lorenzo. De Cristóbal Llorens, otro notable pintor alicantino, se guarda una bella obra San Juan con San José con el niño. /-Museo de Bellas Artes Gravina-/