El museo se sitúa en una de las zonas más vanguardistas de la ciudad. De hecho su diseño, elaborado por el reconocido ganador el Pritzer Kenzo Tange no cabe duda que es una genialidad que se integra al entorno futurista del distrito como plato fuerte del museo especializado en arte contemporáneo. Su interior se divide por niveles incluyendo galerías en que exhiben obras de artistas como Picasso, Milo, o Dalí. Posee también una sala de fotografía que se remonta a los inicios de esta técnica teniendo como referente el paisaje de Yokohama; así que es el mejor marco temporal visual que tendrás de la ciudad. Una sala de lectura, con escritos en japones e inglés. Para aquellos que persiguen tendencias dadaístas y psicodélicas este es el lugar perfecto. De paso que el ingenio japonés moderno también se impone en sus salas con buenas colecciones temporales.