Este monasterio aparte de cumplir con sus funciones principales desde su fundación por la bula papal en el siglo XII tiene en su haber el honor de servir de mausoleo real. Ideado y construido por el rey Alfonso VIII. En la actualidad prosigue con sus funciones para la cual fue concebido y su interior alberga invaluables piezas de mobiliario, acumulado desde sus inicios y en buen estado de conservación. Este recinto resistió muy bien las amenazas de destrucción en guerras a través de los tiempos. Su imagen resulta familiar para algunos apasionados por la litografía y las ilustraciones históricas. Muchos son sus elementos que le da ese incalculable valor como la capilla mayor con sus cúpulas de crucería, y los sepulcros de monarcas fundadores, la Bóveda del Claustro de San Fernando, la capilla de Santiago y el retablo del coro entre otros elementos con estampa artística.