Los que saben recomiendan llegar a la capital por mar, la recompensa es soberbia. Destaca el puerto mercante y deportivo, puerto admirado por Barba Roja. Es el gran punto de encuentro reservado para la diversión, sobre todo cuando es la luna quien manda. Desde la embocadura de la ría, salen al encuentro las casas de Mahón asomadas al acantilado bajo las ruinas del castillo de San Felipe y los imponentes murallones del Fuerte Prisión de la Mola. Las peleas por dominarla a lo largo de los siglos ha marcado su historia y transformó profundamente su personalidad. La huella colonial inglesa permanece viva en un laberinto de calles que obligan a perderse. Su ruta fortificada te lleva a compartir en los restos de la muralla medieval, también poder ver la Iglesia del Carmen. /-Mahón-/