Es todo un tesoro de la geología y un festín de formas que inquietan a los estudiosos. La madre naturaleza hace de las suyas con la belleza de estas cuevas; estalactitas y estalagmitas se codean con otras de grandes proporciones en cuevas de Europa continental. El entorno interior curiosamente goza de una temperatura óptima y era aprovechado por antepasados ante condiciones climáticas desfavorables para sí mismos y sus rebaños. Estas cuevas son perfectamente recorribles junto a guías turísticos y gracias a la iluminación adecuado al sitio. Entre las formaciones que se pueden avistar destacan una enorme columna petrificada de unos 38 metros; en otras cuevas del mismo tipo solo se pueden divisar a profundidades mayores. Otro avistamiento importante es el abismo de las Vírgenes. Con 12 kilómetros hacia dentro, culmina en arroyos y conecta con otras cavidades aun desconocidas.
/-Gruta de Ispinigoli-/