Este templo es una imagen del tradicionalismo japonés, bien recordado en la famosa película “Memorias de Una Geisha”. Lo que llama la atención es la gran cantidad de torii (especie de arcos japoneses) que han sido donados por distintas familias y que adornan el sendero que guía a los visitantes hacia lo alto de una colina de más de 200 metros de altura en la cual se asienta el templo. Es importante resaltar que el recorrido resulta extenuante para muchos, debido a que consta de una subida de 4 kilómetros, quizás para un par de horas; no muchos logran llegar pero te aseguramos que valdrá la pena. Es un famoso templo mandado a construir por en el siglo VIII por una de las familias más respetables de Japón, la familia Hata. En un principio se pensó dedicar el templo a la deidad del arroz y el sake, el dios Inarí.