El Begijnhof o Beaterio de Brujas era una mini ciudad dentro de esta ciudad, en la que todo el mundo estaba en silencio. Era el lugar en el que muchas mujeres, tanto las que quedaban solas porque sus esposos se iban a la guerra, como las que quedaban sin posibilidad de conseguir esposos, se unían en hermandad para servir a Dios. Este tipo de infraestructuras fueron creadas en la Edad Media, justamente en época de las cruzadas y también fue una forma que hallaron las mujeres para protegerse ante la ausencia de sus parejas. Pero, ante la construcción cada vez más frecuente de estas estructuras, que alcanzaron autonomía, la iglesia Católica decidió acusarlas de herejía y eliminarlas. El Beaterio de Brujas está cerca del Minnewater y su entrada es una puerta con una fachada blanca. Esta atracción también forma parte del Patrimonio Cultural de la Humanidad decretado por la Unesco. /-El Begijnhof-/