Apenas a 400 metros del anfiteatro de Mérida hay un gran circo de casi medio kilómetro de largo por 115 metros de ancho. Aquí se celebraba otro espectáculo por el que los romanos sentían gran pasión, las carreras de aurigas. Era uno de los circos más importantes, ya que de él salían caballos y aurigas lusitanos muy acreditados en todo el imperio, como en general, todos los procedentes de Hispania. El circo de Mérida mantiene intacta toda su planta con restos muy visibles de sus gradas. El complejo podía albergar aproximadamente 30.000 espectadores. Ha pasado por reconstrucciones en el siglo IV, según reza una inscripción conservada en el museo de arte romano, dando fe de la importancia que le concedían a este edificio. Anexo al circo romano se encuentra el edificio de interpretación, con vistas al monumento y exposiciones que narran sobre su historia. /-Circo Romano-/