Esta valiosa edificación tardó casi una década en ser culminada, siendo la iglesia más importante de Turín. Es la única de arquitectura renacentista en toda la ciudad del siglo XV. Aunque no se culminó totalmente, entre 1.668 y 1.694 se le fueron añadiendo las capillas, e incluso a finales del XVII se realizaron nuevas restauraciones. La cúpula acapara toda la belleza, no obstante, lo que más atrae adeptos a la catedral es una réplica exacta de la Santa Sidone; sábana con la que según creencias se envolvió el cuerpo de Cristo. En 1.997 un incendio en la catedral alarmó a los feligreses preocupados por el estado de La Sidone. No obstante, a causa de las remodelaciones iniciadas en el 1.993 la sábana había sido retirada de su lugar habitual por lo tanto estuvo resguarda. Esto permitió tranquilizar a los visitantes la integridad de la sábana, icono de la fe cristiana. /-Catedral Metropolitana de San Juan Bautista-/