Donde estaba una modesta iglesia que mandó fundar una catedral, fue inspirada en la Capilla Palatina. Se construyó por orden de Guillermo II, y hoy en día es uno de los templos bizantinos con más mosaicos; que de hecho sin los mejores del planeta. Este tesoro arquitectónico es uno de los monumentos más memorables de Sicilia. Sorprende encontrar una obra de tal envergadura en un pueblo pequeño, tanto su presencia como imponencia le da luz y esplendor a esa localidad. Desde la entrada con sus puertas de bronce, sus ornamentos representativos de pasajes bíblicos te reciben, pasando por las decoraciones en oro que hacen relucir su interior entre las paredes y el techo, convirtiéndose en ejemplo resaltante del arte siciliano. Los claustros, y centenares de columnas también forman parte de este imperdible espectáculo. Lo recomendable es asistir en la mañana para asegurar el acceso y contemplar tan relevante obra. /-Catedral de Monreale-/