Esta catedral es la imagen que más predomina en el horizonte si se ingresa por mar o se da un paseo en barco por el litoral. La dominante figura de esta catedral con planta de cruz, es producto del embellecimiento de la ciudad que atravesó gracias a sus programas de urbanización durante el siglo XIX. Se caracteriza por el color blanco en toda la fachada externa. Se alza en la famosa Plaza del Senado y su construcción fue hecha en honor al zar de Rusia Nicolás I. Como si se tratara de un concepto minimalista el blanco en su interior irrumpe con nuestra impresión, con la seriedad de una iglesia luterana. El altar y el órgano son los elementos que resaltan ante la ausencia de detalles. El orden neoclásico es lo venerable; sus contornos son la máxima expresión en este estilo, colocándola como un símbolo arquitectónico de Helsinki.