Es una de las iglesias más grande y longevas, que durante 3 siglos fue la principal de toda Florencia. Se encuentra en un punto muy céntrico y accesible de la ciudad. Se conoce como la “tumba de la Médicis” donde yacen restos de 50 miembros de esta dinastía. La mejor manera de describir a este templo es con la palabra contraste; en su interior, encuentras una planta basílica de cruz latina, cuyas columnas corintias dividen sus tres naves. En la entrada la propia riqueza arquitectónica decora el espacio, resaltando un balance perfecto entre el gris y el blanco. Su estilo renacentista, armonía y elegancia impactan al visitante y contrastan con su fachada inacabada que a priori no llama mucho la atención. Así que, para quienes no se dejen confundir por su aspecto exterior y se aventuren a descubrir las grandes obras que encierra, será una grata experiencia garantizada. /-Basílica de San Lorenzo-/