Toda ruta arqueológica que se haga en Tarragona no debe quedar huérfana de este sitio. Como elemento que definía una ciudad romana tendrás este anfiteatro del siglo II a d.C. También presenta elementos artísticos dedicados a deidades que se pueden visualizar gracias a excavaciones recientes. El contorno oval y la capacidad de 15.000 almas se ubican a orilla del litoral de la ciudad. Precisamente se ubica en la zona más baja para facilitar el acceso a los materiales y protagonistas que muchas veces hacían ingreso a la ciudad por las aguas del Mediterráneo. Todos prestando atención ante combates sangrientos de gladiadores y otros tipos de espectáculos, contribuían al fomento de la cultura augusta. Recorrer su interior consta de un viaje en el tiempo que comprende periodos posteriores. Existen restos de una basílica visigoda que se construyó en su arena donde se martirizó a San Fructuoso.