Desde que se fundó en el Siglo XVII ha sido el lugar de reunión de los turinenses; se reúnen en torno al monumento de Emanuele Filiberto que preside la plaza, mientras caminan o disfrutan de un capuccino en uno de los cafés que rodean el lugar. Desde sus orígenes ha cambiado de nombre en reiteradas oportunidades; fue la Plaza Real, la Plaza de Armas, incluso hubo un tiempo que llegó a llamarse Plaza Napoleón. En ella podéis encontrar a la Confetteria Stratta, que lleva más de un siglo preparando dulces y postres típicos de Turin. Otra curiosidad de la plaza son las iglesias Santa Cristina y San Carlo. Son denominadas “las iglesias gemelas” por su similitud, y ambas permiten su entrada al público. Cuando el verano llega, una actividad recomendada es un famoso gelato italiano, mientras disfrutas del canto acompañado de acordeón de algún artista urbano. /-Piazza San Carlo-/