Desde la puerta del Obispo, puedes dar con este mirador. Posee una de las vistas más hermosas, además de una amplia perspectiva de toda la ribera del Dueto. Un día soleado y la familia son los mejores ingredientes para pasar una tarde de relajación. Te invitamos a enfocarte y expandir la mirada hacia el puente romano. Desde ese punto de vista podrás evocar aquellas marchas triunfales de las huestes que han llenado de historia la ciudad. El grosor de sus cimientos se impone en su fachada que persiste desde el siglo XII ante los embates que causan las crecidas del río Duero. Es una opción disponible a cualquier hora del día. Los atardeceres desde esta vista con espectaculares, los halos de luz se confunden con las cúpulas de la catedral y las torres de los edificios románicos regalándote los mejores matices del ocaso Zamorano. /-Mirador del troncoso-/