Es el punto perfecto para conocer otro de los mudéjares de Castilla y León. Este templo está construido en el corazón del Parque natural Hoces del Río Duratón, un paraje natural y protegido que merece además la pena recorrer. Desde lo alto de la Ermita de San Frutos hallarás un mirador, el cual ofrece una vista hacia la afluencia del Río Duratón y las áreas con mayor contraste del parque, la zona del páramo y el bosque de ribera, siendo este último, lugar donde se alzan los pinos. No puedes irte de este santuario, sin admirar de cerca al parque natural, en donde se encuentra una colonia de buitres leonados, siento este otro de los atractivos que mayor número de turistas reúne.