Es una de las visitas obligadas en tu paso por Castilla-La Mancha, ya que se trata de un camino emblemático ubicado entre la Calle Mayor y la Calle El Tinte, en pleno centro urbano de Albacete. La estampa de este pasadizo reúne una serie de edificaciones de arquitectura modernista y renacentista, acompañadas de balcones, adornos mitológicos y puertas que muestran el arte rejero de la comunidad. Un dato curioso de este pasaje es que su cubierta está formada por un tragaluz de láminas de cristal, el cual hace que los haces de luz que pasan a través del mismo cambien el aspecto de la arquitectura. Es uno de los lugares más icónicos de La Mancha, en donde además podrás pasarte por cafés o restaurantes mientras disfrutas del paseo renacentista.