Uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad es esta iglesia de tres naves; representa uno de los edificios románicos mejor conservados de España. Su origen data del siglo XII y fue dedicada a San Millán Eremita, en los tiempos de Alfonso I. Se mantiene al margen del núcleo medieval en el arrabal Mayor a extramuros.. Conserva el puro estilo románico en su ábside central, el más hermoso y de complejo acabado en arcos y columnas. La imagen del Crucificado se rodea de complejos trabajos en arcas cegadas y tallados de nuestra Señora de la Soledad. En su interior existen varias muestras del arte de la época evocando temáticas del antiguo testamento. Sus pórticos tienen una excelente distribución de arquerías y ornamentos tallados en sus coronas. Una joya del arte románico que tiene un puesto de honor en la ruta monumental.