En tu paso por el Alcázar no olvides darte una vuelta por este romeral. Ascendido a la categoría de jardín por su belleza gracias a la transformación que sufrió en su diseño de la mano del paisajista uruguayo Leandro Silva a comienzos de la década pasada. Logró adaptar diferentes ejemplares botánicos gracias a las condiciones que le otorgan este lugar. Ubicado entre los ríos Clamores y Eresma que alimentan la roca de la cual se levanta el Alcázar. Cada especie tiene un punto de plenitud en cada estación del año otorgándole un colorido y un festín de aromas variados, especialmente en la primavera y el otoño. Este entorno cambiante fue bien pensado por la mente experimental de este genio encantado por este romeral que se vio afectado por una sequía hoy incluido en la ruta monumental de Segovia.