Toda ruta turística de Tarragona lleva consigo este circo romano; de él se extrae un buen pedazo de la historia provincial. Escenario de legendarias carreras de aurigas llama la atención por su magnitud; curiosamente construido dentro de los muros de la ciudad, es poco común para menuda obra flavia. Sostuvo intensa actividad para las muchedumbres por más de tres siglos. El acceso principal se realiza por la Torre del Pretori, siendo el pretorio y el circo las construcciones más emblemáticas del complejo. Quizás por estar a intramuros no llegó a construirse a gran tamaño, pero no es de subestimar sus 325 metros de largo cuya capacidad era para 30 mil personas. Junto a esta obra se pueden hacer recorridos al palacio de Augusto. Sin duda existen reformas estructurales que le agregan interés cultural a este conjunto de obras que no pueden pasar desapercibidas en un viaje a la antigua Tarraco.