Esta villa es muy hermosa y representa uno de los paraísos pintorescos mas preferidos de España. Su ambiente portuario de antaño se conjuga con sus techos rojos abarrotadas, dándole un toque encantador a la costa cantábrica. Aquí tendrás una verdadera opción en la que puedes quedarte un fin de semana largos. Disfruta de sus tardes cuando los botes pescadores atracan para empezar la lonja pesquera. En realidad todo el proceso de descarga y preparación del pescado de la barca al frigorífico supone toda una tradicional costumbre respetada. Llevada a cabo por sus pobladores, demarca siempre la abundancia que el mar le regala a esta preciosa villa; supone un espectáculo para los visitantes atraídos por sus costumbres. Una vez culminada la rula es costumbre ir a sus bares por sidra con taquinos elaborados con queso de Cabrales.